Arrecifes artificiales en campos fotovoltaicos

Fecha de publicación: 5 de septiembre de 2024

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Carlos Bernabéu
CEO Arbórea Intellbird

 

Comparto a través de estas líneas unas reflexiones enfocadas al crecimiento sostenible de la industria de generación fotovoltaica, sector que experimenta una considerable expansión actual.Existe un condicionante intrínseco a toda estructura con aspiraciones sostenibles; me refiero a la salvaguarda de la biodiversidad, o incluso, porque no, a su potenciado.

La instalación de extensiones cada vez mayores de paneles fotovoltaicos en los hábitats esteparios implica tanto un desafío, como la necesidad de un compromiso hacia el mantenimiento de la vida existente en estos espacios.

Si analizamos los ecosistemas más biodiversos de nuestro planeta, comprobaremos que suelen presentar diseños en mosaico. Una distribución natural de microestructuras diferentes que se alternan para facilitar la explosión de especies. El ejemplo más destacable de esta disposición sería un arrecife coralino. Llevando la analogía tierra adentro, podemos comparar las llanuras esteparias con la monotonía paisajística de algunos fondos marinos.

En las planicies, al igual que sucede en los arenales subacuáticos, cualquier elemento que rompa la homogeneidad actuará atrayendo variadas formas de vida. Una roca en mitad de un llano bentónico servirá de refugio a distintas especies de peces e invertebrados. La presencia dispersa de estos elementos disruptivos del paisaje submarino creará reservorios de vida singular. Si la distancia entre estos elementos no es excesivamente grande, se podrán mantener poblaciones conectadas. Este es el fundamento del hundimiento programado de pecios en lugares estratégicos. Estos barcos, previamente descontaminados, sirven de santuario a muchas especies interesantes.En las estepas y llanuras cultivadas, los acúmulos de piedras juegan un papel similar al de los arrecifes artificiales en el océano. Desde épocas neolíticas, comenzaron a disponerse estas estructuras en las lindes de los campos, en un afán de liberar los cultivos de obstáculos que pudieran dañar los aperos de labranza. Sin quererlo, el hombre primitivo consolidó unos elementos significativos del hábitat de planicie que actúan atrayendo y manteniendo una peculiar biodiversidad.

Los viejos montones de piedras de nuestras estepas sirven de refugio a muy diversas criaturas. Algunas de ellas son especies endémicas.

Factores antrópicos menos amables que el hecho de acumular rocas; tales como pesticidas y desertificación por incendios o ganadería intensiva, han empujado a algunas de estas especies de los roquedales hasta un estatus de conservación precario. Dotarles de refugios dispersos en mosaico es una positiva medida de protección y conservación.

Al atardecer será frecuente sorprender, coronando la piedra más alta del montículo, a un mochuelo, de rechoncha figura, lanzando su agudo maullido antes de emprender un vuelo de caza. Esta simpática criatura es un agente destacado en la necesaria labor de control de las poblaciones de micromamíferos, tan aficionados a emplear el revestimiento plástico de los cableados soterrados como materia prima de sus nidos. Cuando el sol gane terreno en el firmamento, este emplumado duendecillo crepuscular se refugiará a la sombra de los recovecos de las piedras; o en las cajas nido que a tal efecto podremos ubicar entre ellas.En Iberia, en los roquedos artificiales, encuentran refugio diversos tipos de reptiles en declive. Es el caso de diversas especies de lagartijas de matorral, de los cada vez más raros lagartos ocelados, o de las grandes especialistas la captura de roedores como son las culebras de escalera, de montpellier o de herradura, por citar algunas.

Cuando el fresco se adueña de la campiña, sobresaliendo nerviosamente de los recovecos del roquedal, no será difícil descubrir la cabeza de una ágil comadreja. Este mustélido contribuirá también a la regulación poblacional de ratones del entorno.En lo más frío del invierno, posado sobre la piedra cimera, aguantará la helada, estoico, un esmerejón. Este aguerrido halconcillo empleará este punto a modo de atalaya desde la que lanzarse en raudas persecuciones sobre los aláudidos, pegándose a su cola como un pequeño caza spitfire. La presencia de este vigilante alejará de los paneles a los bandos de estorninos en invernada que, de otro modo, llenarían las placas de deyecciones al usarlas de posadero, provocando puntos calientes. Cuando no exista un punto próximo más alto, los propios halcones peregrinos utilizarán también el montículo de piedras como lugar de reposo a su paso en pos de los bandos de aves migratorias.

Un cambio de perspectiva en la manera de gestionar el espacio en las instalaciones fotovoltaicas, asumiendo algunas sencillas prácticas, puede suponer la oportunidad para reforzar y potenciar la presencia de algunas de estas especies amenazadas, construyendo pequeñas islas de conservación. De este modo, aunando diversas buenas prácticas, una planta fotovoltaica podría llegar a tener un impacto ambiental positivo en lo que respecta a la biodiversidad.

Si la integración en el entorno es un factor importante al proyectar un parque fotovoltaico, también lo es lograr un diseño de la planta que minimice los riesgos objetivos. En este sentido, el control de incendios es probablemente uno de los aspectos que mayor importancia están cobrando en la industria de generación solar.

Al programar las acciones de operación y mantenimiento en una planta, las piedras dispersas originan diversos tipos de problemas. Afectan a los elementos mecánicos implicados en el control de
vegetación y al interaccionar con los mismos, podrán generar lluvias de chispas, peligrosas si el suelo y la vegetación están secas. Esto se acrecienta en el caso de que las rocas estén compuestas de silicatos tales como cuarcitas, granitos, nódulos de sílex o feldespatos.

Toda maquinaria de desbroce basada en el movimiento de elementos de acero sobre el terreno, corre el riesgo de actuar de forma idéntica a la acción de un eslabón sobre un pedernal, el procedimiento más extendido para la generación del fuego artificialmente durante siglos. Cuando elementos de acero chocan a elevada velocidad de forma repetitiva sobre rocas, especialmente las
silíceas, se producen inexorablemente flujos de chispas incandescentes que en determinadas condiciones ambientales pueden generar incendios.

El sentido común junto con el cumplimiento de la normativa recomienda no activar operaciones de desbroce en épocas en las que exista una combinación de vegetación seca y suelos secos. En estas condiciones, las operaciones de desbroce en un parque fotovoltaico no se deben realizar. Pero, siguiendo este razonamiento, ¿Por qué no retirar este tipo de rocas de las calles existentes entre los paneles cuando realizamos el acondicionamiento del terreno, en el proceso de construcción de un parque fotovoltaico?. ¿Por que no acumular estas piedras en puntos estratégicos para reforzar la biodiversidad?. La labor de retirada de rocas, o bien su triturado mediante maquinaria específica antes de colocar los paneles, facilitaría la gestión futura de la vegetación con maquinaria que sufriría menos desgaste y desperfectos. Esta acción disminuiría también los riesgos de incendio en los laboreos.

Actuando en la fase de construcción, en capex, estas acciones podrían tener un coste menor de lo que parece y redundar en notables ventajas y posteriores ahorros sobre el opex futuro de la planta. Un campo fotovoltaico libre de piedras reducirá los costes de desbroce facilitando la implementación de sistemas completamente autónomos que llevarán el coste de mantenimiento un umbral asumible. El contar con montones de piedra en mosaico favorecerá la biodiversidad y nos permitirá sumar aliados que reduzcan los daños por ratones de campo y puntos calientes ocasionados por deyecciones de algunas aves.Animamos por tanto desde estas líneas a los gestores de plantas fotovoltaicas a proyectar la creación de arrecifes de biodiversidad en las mismas recogiendo y amontonando las piedras.

Carlos Bernabéu es director general de Arbórea Intellbird, responsable de los programas de gestión de fotovoltaica con el robot autónomo Antecursor o inspección digital eólica con la plataforma Aracnocóptero. Premio cum laude de tecnología por la Universidad de Salamanca (Alumni). Con anterioridad ha desempeñado labores profesionales como gestor de centros de recuperación de fauna, de interpretación de aves de presa o Educación Ambiental, así como programas internacionales de manejo de fauna. Halconero con treinta y cinco años de experiencia participó el proceso de declaración de la cetrería como patrimonio intangible de la Humanidad por UNESCO.
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